A veces el sufrimiento experimentado y que es sepultado en el interior crea heridas tan profundas que contaminan nuestras vidas de adultos. Lo que nos pudo haber sucedido de pequeños, por más doloroso y vergonzoso que sea no nos lo merecíamos. El poder contar nuestros miedos, nuestro dolor ayuda a sanar.
Deseo que este espacio sirva para compartir experiencias, contenidos, ideas y comentarios en torno a temas relacionados con el conocimiento de nuestro YO Profundo, que es la base de todo conocimiento, incluso el de Dios. Además quiero compartir experiencias en torno a las actividades pastorales en las que participo: la pastoral carcelaria, la pastoral con las pandillas escolares y la animación de Comunidades Eclesiales de Base.
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