miércoles, 9 de octubre de 2013

MANEJO DE EMOCIONES


En la vida de toda persona se van presentando diversas emociones.  Muchas de ellas llegan a producir profundas crisis que podrían llevar a la desesperación si es que no aprendemos a manejarlas. En mi experiencia del día a día he tenido que lidiar y aún estoy lidiando con muchas de ellas, las mismas que tienen su origen en heridas que se produjeron en mi infancia, niñez y adolescencia y que crearon un "programa de felicidad" que hoy día contamina mi vida de adulto.  En los momentos de desesperación que he estado experimentando y que han afectado mis relaciones con personas entrañables he buscado ayuda en todo lugar.  He acudido a Dios que es la fuerza que me sostiene, y él me llevó a encontrarme con personas que me han sabido escuchar y animar con mucha compasión. Además me ha permitido encontrar también libros maravillosos que me han dado luces para alcanzar la conciencia de lo que me pasa y dar paso a una posible sanación que dependerá de mi voluntad y la ayuda de profesionales.  En esto voy caminando.


A continuación quiero compartirles lo que en estos tiempos difíciles me ha estado ayudando.  Dios me ha hablado a través de Thich Nhat Hanh y por ello le estoy muy agradecido.


EL RÍO DE LAS EMOCIONES
Thich Nhat Hanh

        Todos nuestros pensamientos y nuestros actos están influenciados por las emociones.  En cada uno de nosotros hay un río de emociones; cada gota de agua es otra emoción y cada emoción depende de las demás para seguir existiendo.  Para observarlas, basta sentarnos en la orilla del río e irlas reconociendo a medida que aparecen, pasan y desaparecen.
            Hay tres tipos de emociones: agradables, desagradables y neutras.  Cuando la emoción es desagradable, lo más probables es que queramos eliminarla, pero es mucho mejor reconectarse con la respiración consciente y simplemente observarla, reconociéndola en silencio: “AL INHALAR, SÉ QUE ALGO ME DESAGRADA.  AL EXHALAR, SÉ QUE ALGO ME DESAGRADA”.  El definir una emoción como “rabia”, “pena”, “alegría” o “felicidad” nos ayuda a identificarla y reconocerla claramente.
La respiración puede ayudar a conectarnos con nuestras emociones y a aceptarlas.  Si respiramos lentamente y tranquilos, lo que es una consecuencia natural del respirar conscientemente, la mente y el cuerpo empiezan poco a poco a perder peso, a calmarse y despejarse, lo mismo pasa con las emociones.  La observación con atención al momento se basa en el principio de la “no dualidad”.  Según este principio, la emoción y yo somos una sola cosa; la emoción no es algo que proviene de afuera.  SOMOS la emoción y en cada instante SOMOS  lo que sentimos.  No nos dejamos llevar por la emoción y la emoción no nos aterroriza, pero tampoco la rechazamos.  El no aferrarse a la emoción ni rechazarla nos lleva a soltar, y el soltar es un elemento muy importante de la práctica meditativa.
Si nos enfrentamos a las emociones desagradables con cariño, con afecto, sin violencia, podemos transformarlas en una energía sana que nos alimente.  La observación con atención al momento ilumina de tal manera las emociones desagradables que nos permite comprendernos y comprender a los demás.


CURACIÓN SIN CIRUGÍA

            La medicina occidental le da demasiada importancia a la cirugía.  Lo que les interesa a los médicos es extirpar lo que aparentemente sobra.  Cuando algo no está funcionando bien, lo primero que hacen es aconsejarnos que nos operemos.  Al parecer, con la psicoterapia pasa lo mismo.  Lo que quieren los terapeutas es ayudar a deshacernos de lo que rechazamos, para quedarnos solamente con lo que nos gusta.  Pero entonces puede que nos quedemos con muy poco.  Si empezamos a deshacernos de lo que nos molesta, podemos llegar a deshacernos de gran parte de nosotros.
En vez de actuar como si pudiéramos deshacernos de partes de nosotros, deberíamos cultivar el arte de la transformación.  La rabia, por ejemplo, se puede transformar en algo más sano, como la comprensión.  No hay necesidad de recurrir a una operación para deshacernos de la rabia.  Si la rabia nos da mucha rabia, terminaremos con una rabia doble.  Pero basta con observarla con cariño, atentamente.  Cuando actuamos de esa manera, sin tratar de escapar de la rabia, espontáneamente se transforma.  Esto se llama hacer las paces.  Si tenemos la paz interior, podemos hacer las paces con la rabia.  Y lo mismo podemos hacer con la depresión, la ansiedad, el miedo y cualquier otra emoción desagradable.


TRANSFORMANDO LAS EMOCIONES

Lo PRIMERO que se puede hacer con las emociones es ir reconociéndolas una a una a medida que aparezcan.  Para hacerlo hay que estar en el momento presente.  Si tienes miedo, por ejemplo, lo que haces es observarlo con plena atención, y mirar tu temor y reconocerlo como temor.  Ya sabes que el miedo surge de ti y lo mismo pasa con la conciencia del momento presente.  El miedo y la atención al momento coexisten en ti, si oponerse, apoyándose mutuamente.

El SEGUNDO paso es identificarse con la emoción.  En lugar de decirle al miedo “ojalá desaparecieras, temor.  No me gustas.  No eres algo mío”, es mucho mejor decirle “hola temor, ¿cómo estás?”.  Luego puedes invitar a esos dos aspectos de tu ser –la atención al momento y el temor- a manifestarse, a darse la mano y a transformarse en una sola cosa.  Tal vez hacer esto te asuste, pero como sabes que eres más que el miedo, no tienes por qué asustarte.  La plena conciencia del momento presente puede acompañar al miedo.  Esta práctica consiste en cultivar la presencia en el momento actual por medio de la respiración consciente para que subsista y se siga manifestando con fuerza.  Aunque la presencia en el momento puede ser débil al comienzo, cuando uno la alimenta se fortalece.  Basta con estar presentes en el momento actual para que el miedo no nos ahogue.  De hecho, lo empiezas a transformar apenas comienzas a prestar atención a la conciencia que está en ti mismo.

El TERCER paso consiste en calmar la emoción.  Con la ayuda de la atención al momento actual, empezaremos a serenarnos.  “AL INHALAR, SERENO EL CUERPO Y LA MENTE”.  Basta con estar atento para que la emoción se aplaque, como si una madre acunara con ternura a su hijo cuando se echa a llorar.  Al sentir la ternura de la madre, el niño se calma y deja de llorar.  La madre es la plena presencia, que viene del fondo de tu conciencia y calma el dolor.  El niño y la madre que lo acuna son un solo ser.  Si la madre está distraída pensando en otras cosas, el niño va a seguir llorando  Por eso, la madre tiene que olvidarse de todo y acunarlo, nada más.  No niegues la emoción.  No le digas “no eres importante, no eres más que una emoción”.  Identifícate con ella.  Si quieres, puedes decir “AL EXHALAR, APLACO EL MIEDO”.

El CUARTO paso consiste en dejar de aferrarse a la emoción, en soltarla.  Estar tranquilo te hace sentir cómodo, aunque tengas miedo, y sabes que el miedo no va a convertirse en un monstruo capaz de aplastarte.  Cuando te das cuenta de que eres capaz de manejarlo, el miedo se reduce hasta casi desaparecer  y se va atenuando cada vez más, haciéndose cada vez menos desagradable.  Ya puedes sonreír y soltarlo, pero por favor no te quedes en eso.  El calmarse y soltar no son más que remedios que alivian los síntomas.  Ahora tienes la oportunidad de adentrarte más a fondo en lo que te pasa y de transformar la fuente misma de tu temor.

El QUINTO paso consiste en observar atentamente lo que pasa.  Miras profundamente al interior del niño –la sensación de temor- para descubrir qué le pasa, aunque ya haya dejado de llorar, aunque ya no sientas miedo.  No puedes pasarte todo el tiempo acunándolo, por eso, tienes que averiguar qué le pasa.  Al observar, descubrirás lo que te puede ayudar a transformar la emoción.  Por ejemplo, puedes darte cuenta de que su molestia tiene muchas causas, tanto dentro como fuera de su cuerpo.  Si lo que le molesta es una situación externa, basta con que cambies esa situación demostrándole ternura para que se sienta mejor.  Con solo mirar profundamente al niño, sabes por qué está llorando y una vez que descubres la causa del llanto también descubres qué puedes hacer para cambiar la situación y trasformar la emoción.

Con la psicoterapia pasa algo muy parecido.  Junto con el paciente, el terapeuta se adentra en la causa del dolor.  En muchos casos, descubre que la causa está en las percepciones del paciente, en las creencias sobre sí mismo, su cultura y el mundo.  El terapeuta analiza esos conceptos y esas ideas con el paciente, y juntos lo liberan de esa especie de prisión en la que está encerrado.  Pero el esfuerzo del paciente es fundamental.  Así como el profesor tiene que despertar al maestro que hay dentro del alumno, el terapeuta tiene que despertar al terapeuta que hay dentro del paciente.  Cunado consigue hacerlo, el “terapeuta interno” del paciente empieza a trabajar con gran habilidad día y noche.
El terapeuta no se limita a ofrecerle al paciente otro conjunto de creencias, sino que le ayuda a descubrir las ideas y las creencias que lo hacen sufrir.  Muchos pacientes quieren deshacerse de todo lo que les provoca dolor, pero no están dispuestos a dejar de lado las creencias y las percepciones que son la raíz de sus emociones.  Por eso, el terapeuta y el paciente tienen que trabajar juntos para ayudarle al paciente a ver las cosas tal cual son.  Lo mismo pasa cuando recurrimos a la atención al momento para transformar nuestras emociones.
Después de Reconocer una emoción, de Identificarnos con ella, de Calmarla y soltarla, podemos echar una mirada profunda a sus causas, que por lo general se basan en percepciones erróneas.  Basta con comprender la causa y la naturaleza de las emociones, para que empiecen a transformarse.



MI BLOGS

Tu luz ilumina mi oscuridad

La idea de crear este blogs fue para compartir diversas experiencias de pastoral.  He tenido mucho tiempo de para en la publicación de temas por diversas razones. 
Con el pasar del tiempo he ido experimentando cambios en mi persona que han sido fruto de mis fidelidades e infidelidades a Dios y a mis opciones pastorales.  Esto me ha sumido en momentos de crisis que muy pocos han percibido, pero que he tenido que ir sorteando para no hacer daño a los que amo.  Lo cierto es que va pasando el tiempo y voy sumando y restando en mi vida (algunos de los temas que he ido publicando eran fruto de esas sumas y restas).  No sé cómo me ha de encontrar la muerte, si sumando o restando, pero de lo que si estoy seguro es que, sea que sume o reste, estaré pronto a asumir las consecuencias de mis actos y estaré pronto a presentarme al Señor con las manos vacías o llenas, no lo sé, pero si sucias por la lucha por ser mejor persona, aunque es posible que no lo logre.  Solo sé que creo en un Dios que conoce todo esto y ve mi más profunda interioridad que es imagen y semejanza suya.  Posiblemente esto más la suma de mis "buenas intenciones" sean una señal de esperanza.

Gracias a quienes se han tomado el tiempo de leer estas cosas que publico.  Espero de todo el corazón que les ayude a ser mejores personas y a acercarse a un DIOS que es HUMANO, maravillosa unidad que es otra señal de esperanza.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

LA RESPIRACIÓN - Eckhart Tolle


             "Descubra su espacio interior creando vacíos entre el torrente de pensamientos.  Sin esos vacíos, el pensamiento se vuelve repetitivo, pierde toda inspiración y chispa creadora, como sucede con la gran mayoría de las personas del planeta.  La duración de esos vacíos no importa.  Unos cuantos segundos bastan.  Poco a poco se irán alargando por sí mismos, sin ningún esfuerzo de su parte.  Más importante que la duración es la frecuencia, de tal manera que haya espacios entre las actividades diarias y el torrente de pensamientos
            Alguien me mostró hace poco el prospecto anual de una organización  espiritual grande.  Al hojearlo me impresionó la gran diversidad de seminarios y talleres importantes.  Me recordó el smorgasbord, uno de esos banquetes  suecos donde puede uno elegir entre una enorme variedad de platos.  La persona me preguntó si le podía recomendar uno o dos cursos.  “No sé”, le respondí, “todos suenan interesantes”.  “Pero sí se lo siguiente”, añadí. “Tome conciencia de su respiración tantas veces como le sea posible, cada vez que recuerde hacerlo.  Hágalo durante un año y será un medio de transformación mucho más poderoso que asistir a todos esos cursos.  Y no vale nada”.
       Al tomar conciencia de la respiración apartamos nuestra atención de los pensamientos y creamos espacio.  Es una forma de generar conciencia.  Si bien la conciencia plena existe ya como no manifiesta, estamos aquí en el mundo para traer la conciencia a esta dimensión.


            Tome conciencia de su respiración.  Note la sensación de respirar.  Sienta cómo el aire entra y sale de su cuerpo.  Note como se expanden y se contraen ligeramente el pecho y el abdomen al inhalar y exhalar.  Una respiración consciente (y dos todavía más) varias veces al día es una manera excelente de traer espacio a la vida.  Aunque medite con la atención en la respiración durante dos horas o más, como lo hacen algunas personas, solo necesitará (o podrá) tomar conciencia de una respiración.  Las demás son recuerdos o anticipación, es decir, pensamiento.  Respirar no es realmente algo que hagamos, sino algo que presenciamos mientras sucede. La respiración sucede espontáneamente.  La inteligencia de nuestro cuerpo se encarga de ella.  No hace falta esfuerzo alguno  Note también la breve pausa de la respiración, especialmente el punto quieto, al final de la exhalación, antes de la siguiente inhalación.
             La respiración de muchas personas es superficial, contrariamente a lo que debería ser.  Mientras más se toma conciencia de la respiración, más se restablece su profundidad natural.
          Puesto que la respiración carece de forma, desde tiempos antiguos se la ha asimilado a espíritu, a la Vida única informe.  “Y Dios hizo al hombre del polvo de la tierra y sopló en sus narices  el aliento de vida y lo hizo un ser viviente” (Gén. 2, 7).  En alemán, respiración es atmen, palabra derivada del sánscrito antiguo atman que significa el espíritu divino interior o el Dios interior.
            El hecho de que la respiración carezca de forma es una de las razones  por las cuales tomar conciencia de ella es una forma muy eficaz de traer espacio a la vida, de generar conciencia.  Es un objeto de meditación excelente precisamente porque no es objeto y carece de forma.  La otra razón es que la respiración es uno de los fenómenos más sutiles y aparentemente insignificantes, lo “mínimo” que según Nietzsche, es el ingrediente de la “mejor felicidad”.  Usted podrá decidir si desea practicar  o no la conciencia de la respiración como meditación formal.  Sin embargo, la meditación formal no reemplaza la acción de crear la conciencia del espacio en la vida diaria.

            El hecho de tomar conciencia de la respiración nos obliga a estar en el momento presente, la clave de toda transformación interior.  Siempre que tomamos conciencia de la respiración estamos absolutamente presentes.  Podrá notar que no puede pensar y tomar conciencia de la respiración al mismo tiempo.  Al respirar conscientemente se detiene la mente.  Pero lejos de estar en trance o medio dormido, estamos completamente despiertos y muy alertas.  No caemos por debajo del pensamiento sino que nos elevamos por encima de él.  Y si observamos más atentamente, descubrimos que esas dos cosas, estar completamente en el momento presente y dejar de pensar sin perder la conciencia, son una sola cosa: el surgimiento de la conciencia del espacio".



martes, 24 de septiembre de 2013

LA MARAVILLA DEL MOMENTO PRESENTE - Thich Nhat Hanh


            En nuestra sociedad tan ocupada, es una gran fortuna respirar conscientemente de vez en cuando.  Podemos practicar la respiración consciente no sólo sentados en una sala de meditación, sino también mientras trabajamos en la oficina o en la casa, mientras vamos manejando o en el bus, en cualquier momento del día.
      Hay muchos ejercicios que podemos hacer que nos ayudan a  respirar conscientemente.  Fuera de ese sencillo ejercicio, en que repetimos “inhalación” y “exhalación”, podemos repetir mentalmente este poema mientras inhalamos y exhalamos:

Al inhalar, relajo el cuerpo.
Al exhalar, sonrío.
Habitando el momento presente
Sé que es un momento maravilloso.

            “Al inhalar, relajo el cuerpo”, repetir este verso es como tomar un vaso de limonada fresca cuando hace calor, uno siente la frescura en todo el cuerpo.  Cuando inhalo y repito este verso, siento que la respiración relaja mi mente y mi cuerpo.
            “¡Al exhalar, sonrío!”.  Sabes que una sola sonrisa puede relajar cientos de músculos de la cara.  Llevar una sonrisa en la cara es una señal de que eres dueño de ti mismo.
            “Habitando el momento presente…”.  Estoy sentado y no pienso en nada más.  Estoy sentado y sé exactamente dónde estoy.
            “Sé que es un momento maravilloso”.  Qué alegría estar sentados, derechos y cómodos, y reconectarnos con la respiración, con la sonrisa, con nuestra auténtica naturaleza.  Nuestra cita con la vida es en el momento presente.  Si no tenemos paz y alegría ahora, ¿cuándo vamos a tenerlas? ¿Mañana? ¿Pasado mañana? ¿Qué nos impide estar felices en este momento?  Mientras le prestamos atención a la respiración, podemos repetir “relajándome, sonriendo, momento presente, momento maravilloso”.

            Este ejercicio no sólo es para principiantes.  Muchos de los que practicamos meditación y respiración consciente hace cuarenta o cincuenta años seguimos meditando igual, porque este tipo de ejercicio es muy importante y sencillo.


“RESPIRAR CONSCIENTEMENTE” - Thich Nhat Hanh


           "Hay muchas técnicas de respiración que pueden  ayudarte a vivir más intensamente y más contento.  El primer ejercicio es muy sencillo.  Mientras inhalas te dices “al inhalar, sé que estoy inhalando”.  Luego exhalas y te dices “al exhalar, sé que estoy exhalando”.  Nada más.  Reconoces que la inhalación es una inhalación y que la exhalación es una exhalación.  Ni siquiera tienes que repetir toda la frase; basta con decir “inhalando” y “exhalando”.  Esta técnica te puede ayudar a concéntrate en la respiración.  A medida que practicas, tu respiración se va calmando y se dulcifica, lo mismo pasa con tu mente y tu cuerpo.  No es un ejercicio difícil.  Basta un par de minutos para que empieces  sentir los efectos de la meditación.
La inhalación y la exhalación son muy importantes y muy agradables también.  La respiración conecta el cuerpo y la mente.  A veces, la mente está distraída en cualquier cosa, mientras el cuerpo hace otra; nuestra mente y nuestro cuerpo no están en armonía.  Al concentrarnos en la respiración, en la inhalación y exhalación, reconectamos el cuerpo con la mente y recuperamos la plenitud.  La respiración consciente es un puente importante.
Para mí, la respiración es una alegría de la que no puedo prescindir.  Todos los días practico la respiración consciente en mi pequeña sala de meditación en la que tengo pegada esta frase caligrafiada: “¡RESPIRA, ESTÁS VIVO!”.  Basta con respirar y sonreír para hacernos muy felices, porque cuando respiramos conscientemente recuperamos la plenitud y nos conectamos totalmente con la vida en el momento presente.



jueves, 29 de agosto de 2013

CONOCIÉNDONOS EN PRISIÓN


Hoy en el penal de Lurigancho se desarrolló el tema del Yo Profundo y las subpersonalidades.
Es un tema fundamental ya que si no somos capaces de reconocer que TODOS y TODAS nacimos fundamentalmente buenos, amorosos, compasivos, creativos, nunca podremos conocernos verdaderamente ya que esa es nuestra naturaleza verdadera. 

Nadie nació delincuente, drogo, alcohólico, secuestrador, violador, asesino.  No.  En los brazos de nuestra madre y de nuestro padre fuimos seres maravillosos.

Así de inocentes nacimos todos.
El tema lo dio la Hna. Ana Marzolo, quien con su particular forma de ser dio el tema desde el peso de su gran experiencia pastoral carcelaria.  Ella nos compartió lo fundamental del tema que es precisamente eso, reconocer que somos fundamentalmente buenos y que lo negativo que aparece en nuestras vidas no son otra cosa que subpersonalidades que fuimos adquiriendo a lo largo de nuestra vida y que han hecho de nosotros lo que hoy somos.

Con la Hna. María acompañamos un grupo distinto ya que los hermanos internos de aquella primera vez ya no asisten, salvo uno que hoy fue. Ya en el grupo de ayuda mutua nos dedicamos todos a compartir los aspectos positivos de nuestra vida, el Yo Profundo, y también los aspectos negativos, las subpersonalidades.  Fueron momentos de gracia en los que cada quien dio a conocer qué tanto se conoce.  Hubo hermanos, tanto por parte de los internos como de los agentes pastorales, que recordando su pasado se emocionaron hasta las lágrimas mostrando así las heridas que aún están presentes en sus vidas y que las contaminan.

El Yo Profundo es Libertad!!!
Después de del compartir en grupo fuimos a "La lata" para llevar un mensaje de esperanza a los que recién llegan.  Entre los nuevos estaba un joven que siempre veía por mi casa, en las esquinas, con otros jóvenes que sabíamos que andaban en cosas malas.  Me apenó mucho eso, pero espero que esta experiencia del penal sea para él y para todos una "oportunidad" para mejorar por ellos y sus familias.
Regresamos a Capellanía, compartimos la mesa con los agentes pastorales, dialogamos y fraternizamos.
A la 1:35 p.m. salí del penal después de despedirme de mis hermanos hasta el siguiente jueves.  En casa me esperaban y yo iba con alegría, una alegría que se alimentó en el penal al compartir con mis hermanos internos en cuyas vidas veo reflejado el deseo de ser mejores personas.

jueves, 22 de agosto de 2013

DESPERTAR ESPIRITUAL EN PRISIÓN

Llamados a ascender a las alturas de nuestra condición humana.
Hoy en el Penal de Lurigancho tratamos el tema "EL DESPERTAR ESPIRITUAL" dentro del Taller de Conciencia y Sanación Emocional.  El objetivo era que los hermanos internos entiendan que la cárcel podría ser una oportunidad para lograr lo que muchos no logran en la vida: DESPERTAR.
El tema fue dado por un hermano agente pastoral que es interno.  Él nos habló desde su propia experiencia en prisión, en la que lleva más de doce años; pero él ha sabido "sacarle la vuelta" a "la cana" y ha logrado ser un hombre plenamente integrado y libre.
Fui uno más de los oyentes y debo confesar que  me sentí cuestionado pues a pesar de que no estoy en prisión vivo muchas veces encarcelado en prisiones internas.  Creo firmemente que el Señor me ha llevado a prisión (aunque sea pastoralmente) para que aprenda en la vida de esos hermanos a buscar ser Libre!!!
Después del compartir del tema en el que se mezclaron historias personales, historias narradas (El águila, La palmera, etc.) y preguntas, nos dirigimos a los grupos para el compartir personalizado que es la parte en la que cada uno en libertad comparte desde sus propias experiencias.  Es un momento de mucha riqueza y hoy me sentí uno más, un hombre en busca de herramientas para superar miedos, ansiedades, inseguridades... También intenté compartir desde mis vivencias, pero reconozco que fui yo el más beneficiado.

En el grupo que hoy me tocó encontré un joven, o mejor dicho él fue quien me encontró, que me reconoció como profesor suyo en el colegio.  Después pudimos hablar un poco y me manifestó que le enseñé en primer año en el 2005 más o menos.  Hoy tiene 18 años y está por robo agravado.  Parece un niño con su mirada inocente lo cual me revela que hay esperanzas para que pueda salir de ese submundo en el que vivió y vive... y yo preocupado por pequeñeces y ahogándome en un vaso de agua... estos sí que son problemas reales y que merecen ser atendidos.

Aquí también puede llegar la LUZ...
Después nos fuimos con la hermana María Schuh y un colaborador a "La lata", que es el lugar a donde llegan los "nuevos".  Para poder entrar y llevar nuestro mensaje tuvimos que buscar al policía encargado quien se encontraba viendo un partido de fútbol en el auditorio; entramos con la hermana y esperamos junto al policía a que llegue el descanso de medio tiempo.  Luego regresamos a la lata y entramos.

Habían 20 nuevos internos de diferentes edades.  Nos presentamos, les dimos nuestro mensaje que se resume en manifestarles que nosotros creemos en ellos, en su capacidad de ser mejores personas y que el mundo los necesita ya que nadie hará lo que ellos tienen que hacer.  Les mostramos los servicios que pueden encontrar en Capellanía.  Les dimos unos recipientes y tenedores de plástico para que coman con dignidad.  Les animamos a darse ellos mismos una oportunidad para ser mejores personas, para que dejen salir la luz interior que ellos poseen, pero que no se ve porque nadie les ha enseñado que la poseen.

Manos de Cristo, manos de hermanos.
Luego vino el almuerzo en el comedor de Capellanía que es un espacio fraterno donde en medio de la comida seguimos el compartir de lo vivido y experimentado con nuestros hermanos.

Y llega la hora de mi salida (1:35) como si fuera la salida del colegio.  Me despido de mis hermanos agentes pastorales y salgo del Penal con la alegría interior de haber compartido con mis hermanos y con el gran deseo de ser algo como muchos de ellos que a pesar de estar en prisión son hombres plenamente libres. Bueno, algún día será.  Algún día aprenderé. Sea Dios alabado por siempre!!!