Este año que termina nos pone en camino a celebrar el bicentenario del nacimiento del Padre Francisco Palau (1811 - 2011), sacerdote Carmelita Descalzo y fundador de la Carmelitas Misioneras y de las Carmelitas Misioneras Teresianas.
Su experiencia personal con Dios y los hombres es la clave del Carisma entregado por su medio a sus hijas y a la Iglesia. Francisco Palau aporta con su carisma y espiritualidad a la ya rica espiritualidad Teresiana haciéndola más comprometida con las realidades en que todo hijo e hija de Santa Teresa esta.
Como todo carmelita, Francisco Palau vive un proceso de interiorización en la búsqueda del "Dios escondido" que habita en nosotros. Es en esas profundidades donde Francisco se reconoce a sí mismo como hijo de Dios, como contemplativo y como apóstol. Es en esas profundidades donde Francisco se encuentra con su esencia, que es buena porque lleva el sello del mismo Dios que lo ha creado. Es en esas profundidades donde Francisco Descubre que la Iglesia es el misterio de "Dios y los prójimos"
Que la celebración de su Bicentenario nos motive a ser Carmelitas auténticos, vale decir CONTEMPLATIVOS COMPROMETIDOS. Que el ejemplo de Francisco Palau nos interpele y nos sacuda de una vida asentada, acomodada y nos lance a la misión para construir el Reino de Dios.
Un abrazo y saludo muy especial a mis hermanas Carmelitas Misioneras que encarnan en el mundo el Carisma y la espiritualidad del padre Francisco Palau.
Que este año Palautiano nos lleve a conocerlo más, sobre todo a través de sus escritos y a través de sus hijas.
Y ahora comparto contigo su hermoso Credo Eclesial, resumen maravilloso de su doctrina aprendida en la experiencia de Cristo y los prójimos.
CREDO ECLESIAL
1º Creo existes, y que tú eres el objeto único de amor designado por la ley de gracia amarás.."
2º Que tú eres Dios y los prójimos.
3º Que todos los prójimos, esto es, los predestinados a la gloria, forman un cuerpo moral perfecto bajo Cristo Dios-hombre su cabeza.
4º Que donde está Cristo está la Iglesia, y que no son cosas separadas sino individualmente, pero unidas moral y espiritualmente, formando una sola nación, un solo principado, un solo reino, una sola familia, un solo cuerpo unido entre si con su cabeza con lazos más fuertes que los del cuerpo material, por ser Dios, el mismo espíritu que hace en él lo que el alma en el individuo.
5º Que este cuerpo se llama Iglesia, formando una sola la que está en el cielo, en la tierra y en el purgatorio, por ser una sola su Cabeza y uno solo el Espíritu que la vivifica, que es Dios.
6º Que la Iglesia es una belleza inmensa, porque reúne en sí todas las perfecciones y atributos que forman la imagen del mismo Dios; y que por lo mismo, es el único objeto de amor que puede satisfacer todos los apetitos del corazón humano y la vista intelectual y material del hombre.
7º Que este cuerpo morral perfecto que eres tú, eres una realidad, una entidad distinta, con vida y movimiento propio; que tienes espíritu y vives, entiendes y amas, que hablas, oyes y ves.
8º Que siendo amada como objeto único digno de amor para el hombre y el ángel, puedes corresponder con amor amando a tus amantes.
9º Que en ti el amor es el Espíritu Santo, que, derramándose por todos los miembros de tu cuerpo, corresponde con amor al que ama. No tienes alma como nosotros, pero tienes espíritu y éste es el Espíritu Santo, persona tercera de la Trinidad que te da vida, movimiento, virtud, gracia y gloria; eres una inteligencia, y ésta está en tu cabeza que es Cristo, Hijo de Dios vivo, y hombre Hijo de María Virgen; y con el Hijo y el Espíritu Santo está el Padre, como principio de donde proceden los dos; en ti, contigo y por ti obra Dios Trino y Uno, y fuera de ti no hay salvación, vida ni felicidad, sino agitación y tormento eterno.
Esto es lo que yo creo de ti.
2º Que tú eres Dios y los prójimos.
3º Que todos los prójimos, esto es, los predestinados a la gloria, forman un cuerpo moral perfecto bajo Cristo Dios-hombre su cabeza.
4º Que donde está Cristo está la Iglesia, y que no son cosas separadas sino individualmente, pero unidas moral y espiritualmente, formando una sola nación, un solo principado, un solo reino, una sola familia, un solo cuerpo unido entre si con su cabeza con lazos más fuertes que los del cuerpo material, por ser Dios, el mismo espíritu que hace en él lo que el alma en el individuo.
5º Que este cuerpo se llama Iglesia, formando una sola la que está en el cielo, en la tierra y en el purgatorio, por ser una sola su Cabeza y uno solo el Espíritu que la vivifica, que es Dios.
6º Que la Iglesia es una belleza inmensa, porque reúne en sí todas las perfecciones y atributos que forman la imagen del mismo Dios; y que por lo mismo, es el único objeto de amor que puede satisfacer todos los apetitos del corazón humano y la vista intelectual y material del hombre.
7º Que este cuerpo morral perfecto que eres tú, eres una realidad, una entidad distinta, con vida y movimiento propio; que tienes espíritu y vives, entiendes y amas, que hablas, oyes y ves.
8º Que siendo amada como objeto único digno de amor para el hombre y el ángel, puedes corresponder con amor amando a tus amantes.
9º Que en ti el amor es el Espíritu Santo, que, derramándose por todos los miembros de tu cuerpo, corresponde con amor al que ama. No tienes alma como nosotros, pero tienes espíritu y éste es el Espíritu Santo, persona tercera de la Trinidad que te da vida, movimiento, virtud, gracia y gloria; eres una inteligencia, y ésta está en tu cabeza que es Cristo, Hijo de Dios vivo, y hombre Hijo de María Virgen; y con el Hijo y el Espíritu Santo está el Padre, como principio de donde proceden los dos; en ti, contigo y por ti obra Dios Trino y Uno, y fuera de ti no hay salvación, vida ni felicidad, sino agitación y tormento eterno.
Esto es lo que yo creo de ti.
Que de la mano de Francisco Palau, mi hermano y mi padre, aprendamos a conocernos más para profundizar en el conocimiento de "Dios y los prójimos".
No hay comentarios:
Publicar un comentario