jueves, 22 de agosto de 2013

DESPERTAR ESPIRITUAL EN PRISIÓN

Llamados a ascender a las alturas de nuestra condición humana.
Hoy en el Penal de Lurigancho tratamos el tema "EL DESPERTAR ESPIRITUAL" dentro del Taller de Conciencia y Sanación Emocional.  El objetivo era que los hermanos internos entiendan que la cárcel podría ser una oportunidad para lograr lo que muchos no logran en la vida: DESPERTAR.
El tema fue dado por un hermano agente pastoral que es interno.  Él nos habló desde su propia experiencia en prisión, en la que lleva más de doce años; pero él ha sabido "sacarle la vuelta" a "la cana" y ha logrado ser un hombre plenamente integrado y libre.
Fui uno más de los oyentes y debo confesar que  me sentí cuestionado pues a pesar de que no estoy en prisión vivo muchas veces encarcelado en prisiones internas.  Creo firmemente que el Señor me ha llevado a prisión (aunque sea pastoralmente) para que aprenda en la vida de esos hermanos a buscar ser Libre!!!
Después del compartir del tema en el que se mezclaron historias personales, historias narradas (El águila, La palmera, etc.) y preguntas, nos dirigimos a los grupos para el compartir personalizado que es la parte en la que cada uno en libertad comparte desde sus propias experiencias.  Es un momento de mucha riqueza y hoy me sentí uno más, un hombre en busca de herramientas para superar miedos, ansiedades, inseguridades... También intenté compartir desde mis vivencias, pero reconozco que fui yo el más beneficiado.

En el grupo que hoy me tocó encontré un joven, o mejor dicho él fue quien me encontró, que me reconoció como profesor suyo en el colegio.  Después pudimos hablar un poco y me manifestó que le enseñé en primer año en el 2005 más o menos.  Hoy tiene 18 años y está por robo agravado.  Parece un niño con su mirada inocente lo cual me revela que hay esperanzas para que pueda salir de ese submundo en el que vivió y vive... y yo preocupado por pequeñeces y ahogándome en un vaso de agua... estos sí que son problemas reales y que merecen ser atendidos.

Aquí también puede llegar la LUZ...
Después nos fuimos con la hermana María Schuh y un colaborador a "La lata", que es el lugar a donde llegan los "nuevos".  Para poder entrar y llevar nuestro mensaje tuvimos que buscar al policía encargado quien se encontraba viendo un partido de fútbol en el auditorio; entramos con la hermana y esperamos junto al policía a que llegue el descanso de medio tiempo.  Luego regresamos a la lata y entramos.

Habían 20 nuevos internos de diferentes edades.  Nos presentamos, les dimos nuestro mensaje que se resume en manifestarles que nosotros creemos en ellos, en su capacidad de ser mejores personas y que el mundo los necesita ya que nadie hará lo que ellos tienen que hacer.  Les mostramos los servicios que pueden encontrar en Capellanía.  Les dimos unos recipientes y tenedores de plástico para que coman con dignidad.  Les animamos a darse ellos mismos una oportunidad para ser mejores personas, para que dejen salir la luz interior que ellos poseen, pero que no se ve porque nadie les ha enseñado que la poseen.

Manos de Cristo, manos de hermanos.
Luego vino el almuerzo en el comedor de Capellanía que es un espacio fraterno donde en medio de la comida seguimos el compartir de lo vivido y experimentado con nuestros hermanos.

Y llega la hora de mi salida (1:35) como si fuera la salida del colegio.  Me despido de mis hermanos agentes pastorales y salgo del Penal con la alegría interior de haber compartido con mis hermanos y con el gran deseo de ser algo como muchos de ellos que a pesar de estar en prisión son hombres plenamente libres. Bueno, algún día será.  Algún día aprenderé. Sea Dios alabado por siempre!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario