miércoles, 25 de septiembre de 2013

LA RESPIRACIÓN - Eckhart Tolle


             "Descubra su espacio interior creando vacíos entre el torrente de pensamientos.  Sin esos vacíos, el pensamiento se vuelve repetitivo, pierde toda inspiración y chispa creadora, como sucede con la gran mayoría de las personas del planeta.  La duración de esos vacíos no importa.  Unos cuantos segundos bastan.  Poco a poco se irán alargando por sí mismos, sin ningún esfuerzo de su parte.  Más importante que la duración es la frecuencia, de tal manera que haya espacios entre las actividades diarias y el torrente de pensamientos
            Alguien me mostró hace poco el prospecto anual de una organización  espiritual grande.  Al hojearlo me impresionó la gran diversidad de seminarios y talleres importantes.  Me recordó el smorgasbord, uno de esos banquetes  suecos donde puede uno elegir entre una enorme variedad de platos.  La persona me preguntó si le podía recomendar uno o dos cursos.  “No sé”, le respondí, “todos suenan interesantes”.  “Pero sí se lo siguiente”, añadí. “Tome conciencia de su respiración tantas veces como le sea posible, cada vez que recuerde hacerlo.  Hágalo durante un año y será un medio de transformación mucho más poderoso que asistir a todos esos cursos.  Y no vale nada”.
       Al tomar conciencia de la respiración apartamos nuestra atención de los pensamientos y creamos espacio.  Es una forma de generar conciencia.  Si bien la conciencia plena existe ya como no manifiesta, estamos aquí en el mundo para traer la conciencia a esta dimensión.


            Tome conciencia de su respiración.  Note la sensación de respirar.  Sienta cómo el aire entra y sale de su cuerpo.  Note como se expanden y se contraen ligeramente el pecho y el abdomen al inhalar y exhalar.  Una respiración consciente (y dos todavía más) varias veces al día es una manera excelente de traer espacio a la vida.  Aunque medite con la atención en la respiración durante dos horas o más, como lo hacen algunas personas, solo necesitará (o podrá) tomar conciencia de una respiración.  Las demás son recuerdos o anticipación, es decir, pensamiento.  Respirar no es realmente algo que hagamos, sino algo que presenciamos mientras sucede. La respiración sucede espontáneamente.  La inteligencia de nuestro cuerpo se encarga de ella.  No hace falta esfuerzo alguno  Note también la breve pausa de la respiración, especialmente el punto quieto, al final de la exhalación, antes de la siguiente inhalación.
             La respiración de muchas personas es superficial, contrariamente a lo que debería ser.  Mientras más se toma conciencia de la respiración, más se restablece su profundidad natural.
          Puesto que la respiración carece de forma, desde tiempos antiguos se la ha asimilado a espíritu, a la Vida única informe.  “Y Dios hizo al hombre del polvo de la tierra y sopló en sus narices  el aliento de vida y lo hizo un ser viviente” (Gén. 2, 7).  En alemán, respiración es atmen, palabra derivada del sánscrito antiguo atman que significa el espíritu divino interior o el Dios interior.
            El hecho de que la respiración carezca de forma es una de las razones  por las cuales tomar conciencia de ella es una forma muy eficaz de traer espacio a la vida, de generar conciencia.  Es un objeto de meditación excelente precisamente porque no es objeto y carece de forma.  La otra razón es que la respiración es uno de los fenómenos más sutiles y aparentemente insignificantes, lo “mínimo” que según Nietzsche, es el ingrediente de la “mejor felicidad”.  Usted podrá decidir si desea practicar  o no la conciencia de la respiración como meditación formal.  Sin embargo, la meditación formal no reemplaza la acción de crear la conciencia del espacio en la vida diaria.

            El hecho de tomar conciencia de la respiración nos obliga a estar en el momento presente, la clave de toda transformación interior.  Siempre que tomamos conciencia de la respiración estamos absolutamente presentes.  Podrá notar que no puede pensar y tomar conciencia de la respiración al mismo tiempo.  Al respirar conscientemente se detiene la mente.  Pero lejos de estar en trance o medio dormido, estamos completamente despiertos y muy alertas.  No caemos por debajo del pensamiento sino que nos elevamos por encima de él.  Y si observamos más atentamente, descubrimos que esas dos cosas, estar completamente en el momento presente y dejar de pensar sin perder la conciencia, son una sola cosa: el surgimiento de la conciencia del espacio".



martes, 24 de septiembre de 2013

LA MARAVILLA DEL MOMENTO PRESENTE - Thich Nhat Hanh


            En nuestra sociedad tan ocupada, es una gran fortuna respirar conscientemente de vez en cuando.  Podemos practicar la respiración consciente no sólo sentados en una sala de meditación, sino también mientras trabajamos en la oficina o en la casa, mientras vamos manejando o en el bus, en cualquier momento del día.
      Hay muchos ejercicios que podemos hacer que nos ayudan a  respirar conscientemente.  Fuera de ese sencillo ejercicio, en que repetimos “inhalación” y “exhalación”, podemos repetir mentalmente este poema mientras inhalamos y exhalamos:

Al inhalar, relajo el cuerpo.
Al exhalar, sonrío.
Habitando el momento presente
Sé que es un momento maravilloso.

            “Al inhalar, relajo el cuerpo”, repetir este verso es como tomar un vaso de limonada fresca cuando hace calor, uno siente la frescura en todo el cuerpo.  Cuando inhalo y repito este verso, siento que la respiración relaja mi mente y mi cuerpo.
            “¡Al exhalar, sonrío!”.  Sabes que una sola sonrisa puede relajar cientos de músculos de la cara.  Llevar una sonrisa en la cara es una señal de que eres dueño de ti mismo.
            “Habitando el momento presente…”.  Estoy sentado y no pienso en nada más.  Estoy sentado y sé exactamente dónde estoy.
            “Sé que es un momento maravilloso”.  Qué alegría estar sentados, derechos y cómodos, y reconectarnos con la respiración, con la sonrisa, con nuestra auténtica naturaleza.  Nuestra cita con la vida es en el momento presente.  Si no tenemos paz y alegría ahora, ¿cuándo vamos a tenerlas? ¿Mañana? ¿Pasado mañana? ¿Qué nos impide estar felices en este momento?  Mientras le prestamos atención a la respiración, podemos repetir “relajándome, sonriendo, momento presente, momento maravilloso”.

            Este ejercicio no sólo es para principiantes.  Muchos de los que practicamos meditación y respiración consciente hace cuarenta o cincuenta años seguimos meditando igual, porque este tipo de ejercicio es muy importante y sencillo.


“RESPIRAR CONSCIENTEMENTE” - Thich Nhat Hanh


           "Hay muchas técnicas de respiración que pueden  ayudarte a vivir más intensamente y más contento.  El primer ejercicio es muy sencillo.  Mientras inhalas te dices “al inhalar, sé que estoy inhalando”.  Luego exhalas y te dices “al exhalar, sé que estoy exhalando”.  Nada más.  Reconoces que la inhalación es una inhalación y que la exhalación es una exhalación.  Ni siquiera tienes que repetir toda la frase; basta con decir “inhalando” y “exhalando”.  Esta técnica te puede ayudar a concéntrate en la respiración.  A medida que practicas, tu respiración se va calmando y se dulcifica, lo mismo pasa con tu mente y tu cuerpo.  No es un ejercicio difícil.  Basta un par de minutos para que empieces  sentir los efectos de la meditación.
La inhalación y la exhalación son muy importantes y muy agradables también.  La respiración conecta el cuerpo y la mente.  A veces, la mente está distraída en cualquier cosa, mientras el cuerpo hace otra; nuestra mente y nuestro cuerpo no están en armonía.  Al concentrarnos en la respiración, en la inhalación y exhalación, reconectamos el cuerpo con la mente y recuperamos la plenitud.  La respiración consciente es un puente importante.
Para mí, la respiración es una alegría de la que no puedo prescindir.  Todos los días practico la respiración consciente en mi pequeña sala de meditación en la que tengo pegada esta frase caligrafiada: “¡RESPIRA, ESTÁS VIVO!”.  Basta con respirar y sonreír para hacernos muy felices, porque cuando respiramos conscientemente recuperamos la plenitud y nos conectamos totalmente con la vida en el momento presente.