Mi
labor principal en el penal de Lurigancho consiste en ser animador del Taller
de Conciencia y Sanación Emocional; esta labor la vengo realizando desde le 01
de julio del 2008.
A
veces apoyo en la visita a la Lata que es el lugar en el que están los que recién
llegan al penal; aquí son clasificados y derivados a sus respectivos
Pabellones. Es un lugar de muerte; me gustaría tener una cámara para
poder mostrar cómo es el lugar (sucísimo, cerrado y por lo mismo caluroso como
un horno, con unos olores tremendos, lúgubre, llenos de pintas); pareciera ser
como un enorme baño, pero súper cochino.
La
visita a la Lata fue una iniciativa de la Hna. María Schu; nuestra misión
consiste en invitar a los recién llegados a los Talleres y Servicios que se dan
gratuitamente en Capellanía; esto es con el fin de brindarles la oportunidad de
ocupar su tiempo sanamente mientras dure su reclusión.
Antes
de ofrecerles estos Talleres y Servicios, les manifestamos a ellos las cuatro
verdades espirituales que enseñamos en el taller:
1. Eres amado.
2. Eres digno de respeto y aceptación.
3. Tu naturaleza verdadera es fundamentalmente
bondadosa y hermosa.
4. El mundo te necesita para ayudar a curarlo.
Además
de ello les animamos para escojan el camino adecuado, para que no se sientan
derrotados, para que traten de descubrir la real razón que los trajo al penal y
que no es precisamente el delito, sin lo que los llevó a cometerlo.
HOY,
15-05-12, fuimos y la verdad es que tuve una experiencia muy dolorosa y a la
vez espiritual. Sucede que después que les hablamos y les entregamos la
propaganda, aprovechamos para dialogar con algunos de ellos; conversé con tres
jóvenes (un de 32 años pero que parecía menor y dos de 18
años!!!!!!!!!!!!!!!!!!) Me siento muy sorprendido y muy mal cuando encuentro
jovencitos en el penal pues pienso en mis alumnos y es muy doloroso ver
personas que deberían estar en la calle estudiando, trabajando, abriéndose a la
vida!!!!!!!!!!!!!!!!! y están en un lugar de muerte!!!!!!!!!!!! Los animé, les
reiteré la invitación para ir a Capellanía... ojalá lo hagan. Pero lo más
doloroso fue que cuando iba saliendo de la lata se me acercó un jovencito (me
imagino que tendrá unos 25 años máximo) y con una voz muy dolorosa, angustiosa
y temerosa me pidió: "Po favor oré por mi, me llamo Alan"; de
inmediato se acercó uno que parecía adolescente (pero tenía 18 años) y me dijo
"podrá hacerlo también por mí, me llamo Efraín". Ambos hombres
enfrentados al drama de estar en prisión se sentían derrumbados y necesitados
de la solidaridad de los demás. Lo único que atiné a decirles fue que lo haría,
que rezaría por ellos, que se animaran, que fueran a capellanía para los
talleres y servicios. No pensé en sus delitos (no los conozco), pensé en
ellos como seres humanos, como si fueran mis alumnos, mis hijos!!!!!!!!!!
y mi corazón se lleno de dolor, de impotencia, de miedo por el destino de estos
y los demás hermanos...
Salimos
de ese lugar, regresamos a Capellanía y comentábamos el dolor de esos hermanos,
su petición de oración, sus miradas... tan profundamente angustiadas y a la vez
llenas de confianza....
En estos momentos estarán todos en sus pabellones...
Cómo les estará yendo? Qué estarán haciendo? Solo le pido a Dios que les de
paz, confianza, esperanza y sobre todo renovados deseos por decidirse a cambiar
y a ser mejores personas.
El día viernes 16 de noviembre 2012, como parte de mi trabajo tuve oportunidad de conocer la lata, la referencia " como un baño enorme pero sucio" queda corto al respecto. En mi caso si tuve la oportunidad de registrar algunas imágenes en video, pero aunque no son claras ( las tomé con mi teléfono) se aprecia lo que ustedes comentan, poco más 53 personas estaban en esos momentos dicen que para ser clasificadas. No toman en consideración su condición de presuntos autores, totalmente rapados, y lamentablemente o existe manera alguna de poder captar el olor nauseabundo que en esos momentos se percibía.
ResponderEliminarEl ser humanó no puede ser tratado de esa manera. Esperemos que todo eso cambie.
Carlos Alfredo Cárdenas Borja
www.carloscardenasborja.blogspot.com
Ciertamente la Lata es un espacio de muerte en donde las condiciones sanitarias y humanas no son las adecuadas. Es a ese lugar al que vamos los agentes pastorales de capellanía para invitar a nuestros hermanos a que asistan a nuestros talleres y servicios que son gratuitos para que así aprovechen el tiempo que tendrán que estar en el penal. La Lata es una experiencia en la que el hombre llega a su límite, en donde esta quebrado y se puede ver en muchos de ellos al ser humano que esta ahí y que por alguna circunstancia de la vida se ha ocultado. Seguiremos yendo en la medida que se pueda. Dios nos ilumine a todos para que hagamos de la cárcel un espacio de resocialización en base al respeto de la dignidad y de los derechos humanos.
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