"Ha sido un día tremendo. Me dirigí rápidamente al puente, encontré alumnas de otro colegio, las mismas que al llamarles la atención, me contestaron mal. Esto me molestó y fui a la comisaría para denunciar que ayer nuestras alumnas habían sido agredidas por las del otro colegio. Aproveché para pedirles apoyo ya que especialmente los viernes son días difíciles pues bajan al paradero de Canadá ex alumnos y otros que no lo son (a esos les dicen hinchas), y por lo general se dan enfrentamientos muy violentos.
Regresé a Canadá por el puente peatonal y debo confesar que lo hice con cierto temor porque a veces no sé si los ex alumnos y otros terminarán respetándome. Al ir acercándome, la mayoría de alumnos y ex alumnos se retiraron, lo cual me produjo una vana satisfacción, más bien diría una tonta satisfacción ya que en el fondo lo que yo buscaba era ser respetado y al menos esa retirada indicaba cierto respeto o quizás miedo. Solo se quedaron 06 ex alumnos (aunque dos no lo eran). Me acerqué a ellos, les saludé, les hablé y les dije que no deberían irse al verme ya que mi intención no era hacerles ningún mal. Después de hablarles, me acompañé de ellos al paradero y encontré otros ex alumnos, y entre ellos ubiqué a uno que yo pensaba estaba en el extranjero; aún con todo me alegré de verlo, hablamos un buen rato, lo vi contento. Vi otros ex alumnos, algunos se acercaron, otros no.
Aproveché para hablar con alumnos de la línea 8 y les pedí que evitaran los conflictos con sus compañeras del colegio y con los alumnos de La Chama. Luego seguí conversando con los que podía, incluso con alumnos de otros colegios.
Llegaron unos policías (03 para ser más exacto). Quisieron apoyarnos e hicieron subir alumnos en La Chama, pero al llegar a la esquina (Av. Canadá con Paseo de la República) los hicieron bajar (al decir de los alumnos los botaron amenazándoles con un fierro o algo similar). Los policías no hicieron nada o no pudieron hacer nada y terminaron yéndose sin que nos diéramos cuenta.
Y ahora viene lo tremendo. No recuerdo la hora, pero estaba comiendo una rodaja de piña que uno de los ex alumnos me invitó, además de seguir conversando con él y ellos. De repente fue como una gran explosión, vi correr gente, escuché gritos y al voltear hacia el lugar desde donde se emanaba todo eso vi (como en cámara lenta) diferentes escenas de agresión del todo confusas; al comienzo atiné a tratar de protegerme del ataque de los alumnos agresores, pero de inmediato me sentí impulsado a intervenir muy a pesar de mis temores. Se me presentaron muchas escenas al mismo tiempo, pero entre ellas vi a un alumno de tercero que estaba derramando mucha sangre de su rostro, vi a dos alumnos del colegio que estaban rompiendo las lunas del carro donde vinieron los agresores, vi alumnos corriendo por todas partes, etc. Solo atiné a pedirles que se detuvieran, que dejaran de romper lunas, que se tranquilizaran. Además de ello llamé la atención a los alumnos agresores que estaban en el carro y provocaban a los alumnos que estaban en pleno fragor de la bronca. Luego corrí, corrí como nunca, corrí hacia la comisaría para dar aviso a los policías, antes mandé a la posta al alumno herido con dos de sus compañeros, corrí al colegio para pedir ayuda e increíblemente encontré a la prensa y la llevé al lugar del ataque para que nos pudieran ayudar a dar a conocer estos hechos ante los cuales TODOS son indiferentes.
La Prensa logró, al menos, que en la posta fuera recibido el alumno agraviado, ya que lo habían devuelto aduciendo que como había sido agredido en una pelea de pandilleros tenía que ir al hospital Santa Rosa, lo cual en ese momento me parecía tonto; al ver a la prensa, no tuvieron más que atender al alumno herido
Las peticiones de ayuda hicieron efecto y se acercaron al lugar de los hechos algunos policías de Lince, y por parte del colegio la psicóloga, la asistenta social y una profesora. Todos ayudaron a que los alumnos que quedaron fueran recibidos en las líneas Chama y 08.
Cuando todo pasó fui al colegio y le comuniqué todo a la directora. Le dije que la policía de Lince sugería hacer un documento dirigido a la comisaría de la Victoria a fin de que ellos atendieran los problemas del paradero de Canadá por ser de su jurisdicción. Se hizo la carta y fue llevada al día siguiente, pero lo cierto es que esa comisaría esta super lejos, recontra lejos y lo más práctico es que los de Lince o de Requisitorias se preocupen de atender esta situación problemática.
Que tremendo día Señor Jesús, solo se ofrecerte mi tiempo, mis fuerzas, mi vida toda para el servicio de estos tus hijos que andan tan extraviados."